Los diferentes formatos de barricas y sus denominaciones

Barricas, toneles, cubas… El vocabulario empleado para hablar de los diferentes recipientas de madera es amplio.

Se vuelve aún más complejo cuando nos interesamos en las denominaciones anglosajonas para definir aquellos utilizados en la industria del whisky.

Reoaked les propone aprender un poco más sobre las denominaciones empleadas para hablar de los distentos recipientes de madera, para saber reconocerlos y diferenciarlos.

El recipiente de madera utilizado para la crianza y el envejecimiento de vinos y espirituosos es, en términos generales, llamado barrica.

Los dos formatos más extendidos en el mundo del vino se distinguen por solo unos pocos litros de diferencia :

La Barrica Bordelesa de 225 Litros y la Pièce Borgoñona de 228 Litros.

Históricamente, cada región vinícola utilizaba formatos propios de su región. Los vinos de Burdeos y de Borgoña son los que han gozado del mayor reconocimiento y por lo tanto, en area de la uniformización, impusieron sus modelos.

Los Bordeleses y los Borgoñones estiman que su respectiva barrica permite producir 300 botellas, a pesar de una diferencia de 3 Litros.

Otra denominación corriente, el Tonel, a menudo empleada incorrectamente para designar una barrica de 225 o 228 Litros, corresponde en realidad a una capacidad de 900 Litros.

Los corredores lo utilizan aún hoy como unidad de medida de referencia para estimar y negociar los precios del vino a granel.

Atención, en la región de Cognac, las cubas de madera utilizadas para el envejecimiento de aguardientes y no para la vinificación, también son llamadas Toneles.

Por debajo del Tonel, la barrica se presenta principalmente en 300, 400, 500 y 600 Litros. Este último formato es generalmente la barrica más grande comercializada por los toneleros.

También existen capacidades intermedias como la barrica de 456 Litros, equivalente a 2 pièces borgoñonas, o la barrica de 350 Litros tradicionalmente utilizada para la crianza del Cognac.

El término genérico Demi-Muid, aún utilizado actualmente, permite designar las barricas de gran capacidad, de 500 Litros o más. A menudo se atribuye a las de 600 Litros.

Por encima de 900 Litros, ya no hablaremos de barricas o Toneles sino de Fudres o Cubas de madera.

Una cuba de madera, al igual que una cuba de acero, tendrá fondos colocados sobre un eje vertical: Un fondo que mira al suelo y el otro al cielo. La cuba descansa por tanto sobre un fondo, sostenido por calzos y asientos.

Los fudres se posicionan sobre su parte más ancha y están sostenidos por cunas que se adaptan a su forma curva. Sus fondos se encuentran por tanto en un eje horizontal.

Encontramos fudres de diferentes formas, a menudo redondos u ovalados. Las cubas pueden ser rectas o troncocónicas.

Estas son las particularidades del modelo francés, que se ha impuesto como una referencia mundial en materia de tonelería.

Sin embargo, esta influencia se limita a la crianza de los vinos, así como a la de los espirituosos franceses como el Cognac, el Armagnac o el Calvados (lista no exhaustiva).

 

El whisky, espirituoso que requiere una crianza de al menos tres años en barrica, es históricamente producido por poblaciones anglosajonas. Estas poblaciones han desarrollado por tanto un vocabulario específico para hablar de los diferentes recipientes empleados.

El espectro de estas denominaciones se hace aún más amplio ya que se añaden a las barricas nuevas las barricas de segunda mano, omnipresentes en el mundo del whisky.

Las barricas de vino de Jerez español y las barricas de Bourbon americano han sido, y siguen siendo hoy, las barricas mayoritariamente utilizadas para la crianza de los whiskies escoceses e irlandeses. Mundialmente reconocidos, estos dos gigantes del whisky han democratizado el uso de estas barricas en los nuevos países productores como Japón, otros países europeos, y ciertos países asiáticos como India o China.

Estas barricas se producen generalmente a partir de roble americano o europeo, preferidos al roble francés que resulta más costoso y mejor adaptado a la crianza de los vinos en su aporte aromático.

Es por tanto sobre la base de las barricas fabricadas en América y en España, y sobre un modelo anglosajón, que el vocabulario de la barrica en el mundo del whisky se ha construido.

En inglés, la barrica se traduce como Cask. Se presenta en varios formatos:

El Barrel o American Standard Barrel (ASB), formato básico de 53 Galones o aproximadamente 200 Litros. Se utiliza principalmente para criar el whisky Bourbon. De hecho, se encuentra a menudo bajo la designación Bourbon Barrel.

El Butt, formato de 500 Litros, es la barrica principalmente utilizada para la crianza del vino de Jerez en España. Es muy codiciada posteriormente para la crianza de los whiskies.

El Hogshead, formato de 250 Litros, está fabricado a partir de las duelas de barricas reformadas. Se trata generalmente de duelas de Bourbon Barrels o de Butts. Los dos fondos son reemplazados por fondos nuevos.

El Puncheon, con una capacidad de 500 Litros también pero su forma es diferente a la de un Butt. Es más ancho y más corto. También se utiliza principalmente para la crianza de los vinos de Jerez.

El Port Pipe es una barrica procedente de Portugal. Tiene una capacidad de 500 Litros en general y se utiliza para la crianza del vino de Oporto. Su forma característica en forma de «Cigarro» es reconocible. Es también una barrica muy apreciada por los productores de Whisky.

Finalmente, el Madeira Drum, que puede contener entre 600 y 650 Litros, se utiliza para la crianza de los vinos de Madeira en la isla homónima. También son muy codiciados por los productores de whisky.

La industria del whisky y de los espirituosos engloba una variedad pletórica de barricas de diferentes tamaños, formas y orígenes.

Las barricas bordelesas por ejemplo, y especialmente cuando han criado vinos blancos licorosos como los de Sauternes, son muy buscadas por los destiladores para finalizar las crianzas de sus aguardientes. No es raro encontrar este formato en destilerías escocesas.

El universo de los espirituosos y el del vino se encuentran por tanto en esta utilización de las barricas de ocasión.

 

Los volúmenes inferiores a 200 Litros, que no han sido objeto de un desarrollo en este artículo, existen por supuesto, pero son mucho menos comunes. Las barricas de 125L de Vino Santo en Italia son un ejemplo.

Por debajo de 125L, la utilidad de tal volumen para la crianza de vino o de espirituosos se vuelve discutible. Algunos toneleros continúan produciendo tales barricas, en muy pequeña cantidad. Se trata a menudo de la obra de los aprendices, que se forman en la fabricación de una barrica a mano, sin la ayuda de máquinas automatizadas.